Fue casualmente durante la recesión del 2008, cuando el precio de los combustibles se disparó, junto con el dólar y se vino toda una crisis económica, recuerdo que ante la imposibilidad de aumentos de salarios, le propuse a las Jefaturas, que ya que no nos podrían pagar más a los empleados, entonces nos podrían ayudar a gastar menos, con la gran opción del Teletrabajo, que para la Transnacional en la que trabajaba en aquél entonces, era completamente posible y de hecho en otros países se hacía como parte de los beneficios de empleados. Una vez superada la crisis no hubo una vuelta atrás al 100%, luego de probar con éxito el modelo y sus múltiples beneficios, se adoptó como un beneficio de algunos días a la semana para los empleados con varios años de experiencia en un mismo puesto, más adelante para todos los empleados luego de cierta cantidad de meses de haber sido contratados.

 

Y es que los beneficios del teletrabajo, en materia de ahorro para el empleado pueden ser realmente relevantes, para un profesional que viaja en su propio vehículo y que nunca lleve almuerzo, solo el ahorro por día ya es una gran ventaja, si a esto le sumamos menos gastos de mantenimiento y ropa, además de las posibilidades de utilizar el tiempo que ya no se pierde desplazándose en medio de las interminables presas de la GAM, para actividades personales, sea ejercicio, mandados, familia, estudio, etc. Esto al año significa una ganancia económica sustancial y aún más en calidad de vida.

El poder trabajar desde casa abre posibilidades exponenciales para la automotivación de los empleados, hay muchos ejemplos y varía de persona a persona cual considera como mayor ventaja, pero uno poco mencionado y que es un beneficio en general, es la alimentación, al estar en casa hay más oportunidades de comer más saludable y fresco, aunque algunas empresas tienen comedores equipados con refrigeradores y microondas, no todo mundo lleva almuerzo y no se compara con el hecho de tener a mano sus propios alimentos, líquidos, frutas, verduras y demás. Trabajar desde la intimidad y comodidad del hogar, en su propio espacio personal, para muchos es algo que no tiene precio.

Claro, también hay retos, no todo mundo tiene las habilidades o entorno para realizar el trabajo adecuadamente desde casa, la mayoría de estos obstáculos son fácilmente superables, pero no dejan de ser un gran reto para algunos y es un factor importante a considerar al momento de validar entrar en esta modalidad.

Para los empleadores, el trabajo remoto representa grandes oportunidades a distintos niveles, desde punto de vista del ahorro, si se adopta la medida de forma constante, podría ahorrar costos de energía, agua, alquiler de edificios y espacios de parqueos entre otros, fuera de la motivación implícita para sus colaboradores. En tiempos complicados, sea por desastres naturales, manifestaciones o bloqueos en las calles, trabajos viales, o bien cómo estamos experimentando justo en este momento, restricciones sanitarias, el poder operar de forma remota garantiza la continuidad de la empresa con toda normalidad, cuidando tanto la salud de su recurso humano como de sus negocios.

La capacidad que tengan las empresas de operar de forma remota aunque sea solo como medida de contingencia, ya implica una ventaja competitiva y una buena justificación para empezar a implementar y utilizar las tecnologías necesarias para poder realizar de forma total o parcial el teletrabajo a nivel de toda la organización, cabe destacar que según el tipo de compañía, habrán roles que no se puedan ejecutar de forma virtual o remota, pero todo esto podría estar documentado y planificado con antelación a la emergencia o situación que acontezca. De manera que una de las primeras motivaciones a nivel de Patronos para acceder a las ventajas del teletrabajo, puede ser como plan de continuidad del negocio.

A nivel de país, el trabajo remoto desde casa tiene varios impactos positivos, uno de los más importantes es la reducción de la contaminación, si muchas empresas lo adoptaran de manera regular, entonces se reduciría notablemente la cantidad de carros en las calles, lo que va a favorecer al medio ambiente y de paso reduce notablemente las enormes congestiones vehiculares de cada día, lo cual es salud tanto para los que se quedan en casa trabajando como para los que continúan desplazándose de un lado a otro. 

Otra de las ventajas a nivel país, es que una vez que las compañías se acostumbren a esta modalidad, podrían optar por contratar recursos fuera de la GAM, lo cual traería beneficios muy necesarios para las zonas alejadas y para la misma GAM, pues muchos profesionales de áreas rurales o costeras, se ven forzados a mudarse más cerca de la ciudad porque es ahí donde están los trabajos, esto colapsa las vías, causa más contaminación y concentra el crecimiento económico, mientras que si fuesen contratados remotamente, esto poco a poco levantaría la economía en sus zonas de residencia.

Ahora bien, ¿qué sigue luego del teletrabajo? La educación virtual

En realidad es algo que va en paralelo (he estado cursando entrenamientos virtuales desde hace más de 5 años) y aunque con la llegada del COVID-19 es cuando se ha hecho mandatorio, la educación virtual también vino para quedarse, puede y debe expandirse, con las herramientas actuales tanto gratuitas como de pago, las posibilidades para compartir la pantalla de nuestro computador e impartir una clase de forma virtual son inmensas ! No se necesita tener mayores conocimientos a los básicos de cómo usar una computadora para poder impartir o recibir lecciones de forma remota, claro está cuando se trata de cursos que requieren de un ambiente de práctica las cosas pueden complicarse un poco, pero en general para clases teóricas es realmente fácil y conveniente, tanto para el profesor como para los estudiantes.

A nivel de estudiantes, el que existan opciones de cursos o inclusive carreras completamente virtuales, abre una gama de posibilidades a un mejor futuro, tanto para jóvenes dentro de la congestionada GAM como fuera de ella, la limitante de desplazarse hasta la universidad de preferencia se elimina, dando así más oportunidad a quienes viven o trabajan lejos de su centro de estudios predilecto.

A nivel de profesores, muchos excelentes profesionales tienen una gran pasión por la enseñanza y deciden incluso dedicarse a esto al 100%, otros tienen mucho para dar a las nuevas generaciones, pero sus ocupadas agendas no les permiten optar por compartir todo ese conocimiento, con la posibilidad de dar uno o varios cursos de sus casas (asumiendo que ya también hacen teletrabajo), podemos pensar en mejorar la calidad de educación y entrenamiento, lo cual resulta en ganancia para estudiantes, universidades, futuros empleadores, futuros emprendedores y gran satisfacción para el instructor (además de un ingreso extra).

En un futuro cercano es probable que esta modalidad se implemente también al menos a nivel de Colegios, similar al caso del teletrabajo, primero como plan de contingencia ante situaciones que lo ameriten y luego poco a poco como una opción alterna a las clases regulares presenciales. A nivel de Universidades ya se está dando durante la actual emergencia y una vez que termine, no debería haber vuelta atrás, todos los cursos que se dieron exitosamente de forma virtual, pueden continuar así o al menos habilitar ambas opciones de ahora en adelante.

El siguiente paso, ¿la remotización de servicios?

Una vez que se lleva varios años haciendo teletrabajo (más de 10 años en mi caso), aparte de darse cuenta de que no tiene sentido desperdiciar horas de horas al día en el tráfico, también se da cuenta de que ya no hace falta sacar un día de vacaciones o pedir permisos especiales para hacer ciertas diligencias personales, de manera que, si el lugar a donde se va tuviera internet y una sala de espera apropiada, se podría trabajar desde ahí, o bien, si se prestara el servicio a domicilio, podrían realizarlo mientras se sigue trabajando en casa como siempre. 

Algunos ejemplos básicos, son el lavado o cambio de aceite del carro, son servicios recurrentes que se necesitan y de hecho, desde ya hay algunos lavacars con salas de espera con sillones cómodos y acceso a internet, desde donde es posible trabajar por una o dos horas (según el tipo de trabajo, políticas de ciberseguridad y previo acuerdo con su patrono por supuesto), aún mejor, hay pequeños emprendedores que dan el servicio a domicilio. Por lo tanto, ¿por qué no servicios a domicilio para cambios de aceite, mantenimiento de frenos, mecánica básica, y muchos otros de diversa índole?

Una de las novedades que he observado durante esta crisis sanitaria, ha sido la oferta de empresas de servicios automotrices que ofrecen recoger el vehículo en casa del cliente, llevarlo al taller, realizar el trabajo y devolverlo a la casa. También algunas agencias ofrecen realizar a domicilio el mantenimiento de vehículos en garantía. Todo este tipo de trabajos y muchos otros más pueden y deben seguirse ofreciendo con estas opciones y otras similares incluso luego de finalizar la actual situación de emergencia, cuanto más y más personas sigan realizando teletrabajo, toda esta oferta de servicios a domicilio van a ser muy útiles y convenientes, tanto para el prestatario de los mismos como para los teletrabajadores o inclusive estudiantes virtuales.

El caso de los restaurantes ha sido una señal clara del impacto de no estar preparado, aquellos restaurantes que no tenían servicio express antes del COVID-19, han tenido que correr a implementar esta opción, dado que de otra manera su actividad económica se vería severamente afectada, dentro de la GAM es muy normal utilizar aplicaciones para pedir comida a domicilio, pero fuera de la GAM quienes no tenían este tipo de servicio se han visto prácticamente forzados a encontrar a toda prisa la manera de ofrecerlo. Además otros tipos de alimentos, no preparados, se están vendiendo de forma remota con entregas hasta la casa del cliente (un ejemplo son los Pescados y Mariscos, directamente desde la costa hasta la puerta del hogar).

Así mismo, una gran cantidad de tiendas (ejemplo ferreterías, accesorios, ropa), han optado por crear páginas para ventas por internet o al menos subir fotos de algunos de sus productos a sus páginas en redes sociales y vender de forma remota, con la opción de envíos a domicilio sin importar la zona del país.

La virtualización de inclusive ejercicios físicos o clases de baile en sesiones en vivo por vídeo en redes sociales u otro tipo de vídeos pregrabados, ha venido a cambiar el panorama y las posibilidades, por ejemplo una trabajadora independiente que realiza este tipo de clases, donde usualmente un grupo de personas asisten a un área destinada específicamente y realizan su actividad física, tienen la limitante de la distancia, si se trata de una actividad en el Parque de la Paz, difícilmente vengan participantes de Guanacaste o Pérez Zeledón, mas sin embargo, al ser de forma virtual, la cantidad y localidad de los asistentes es mucho mayor, lo cual impacta positivamente el negocio y abre la posibilidad de tener de ahora en adelante ambas opciones, tanto presencial (cuando se pueda de nuevo) como virtual. Este tipo de innovaciones que se han visto por redes sociales deberían persistir y aumentar en los años venideros.

Esta remotización de las ventas y servicios, permite a los clientes acceder a más y mejores productos y permite a los pequeños y medianos emprendedores colocar sus servicios de forma más personalizada o bien productos sin muchos intermediarios o sin depender de grandes corporaciones para hacerlos llegar al consumidor final. Además que les permite competir con las ventas por internet de sitios del extranjero, aunque quizás los precios sigan siendo un factor determinante en la mayoría de casos, el tener que desplazarse hasta un lugar, o bien, el hecho de desconocer que ofertas o estilos de productos existen en cada tienda física, hace que muchos consumidores opten por buscar en la internet y decidan traer del extranjero artículos que quizás hubieran podido encontrar a precio similar dentro del país, caminar tienda por tienda es algo que requiere tiempo y desplazarse sin la certeza de que se va encontrar lo que se busca, al anunciarse aunque sea en redes sociales (mejor aún en un sitio web con todo el catálogo), esto incrementa las posibilidades de venta, si le sumamos la posibilidad de pagos remotos y envíos a domicilio, es un gran avance y algo muy apetecido por los compradores, quienes buscan poder realizar una compra de lo que sea que necesiten, desde sus hogares y que el producto simplemente les llegue hasta sus casas, para así invertir su tiempo libre en otras actividades de preferencia o prioridad.

Como conclusión, considero que los empleados y empleadores que aún no realizan teletrabajo de forma recurrente y tienen la posibilidad técnicamente, deben empezar a validar la opción de por lo menos comenzar a realizarlo aunque sea unos pocos días a la semana, esto asegura que el modelo funciona en caso de contingencia y además prepara a ambos para un futuro incremento en la modalidad de trabajo remoto. Las universidades deberían incrementar la oferta de cursos y carreras virtuales, así mismo colegios pueden empezar a experimentar con algunas lecciones en esta modalidad. Finalmente, las compañías tanto de servicios como de productos, deben diseñar opciones hasta donde sea posible, para prestar sus servicios a domicilio o llevar sus ventas hasta la puerta de la casa de sus clientes a lo largo y ancho de nuestro país, preparándose desde ya para una nueva realidad, donde una gran cantidad de sus consumidores en lugar de estar en una oficina, van a estar trabajando o estudiando desde sus casas.